El “Día de los Enamorados” relacionado también con el día de la pareja responde a una necesidad natural del ser
humano de emparejarse.
El
emparejarse ha tenido que ver con la necesidad de procrearse y
perpetuarse en la especie, una necesidad meramente interesada en un objetivo
muy claro.
Pero
¿está el amor involucrado dentro de esta natural necesidad de emparejarse? Al parecer en la estructura humana el amor
juega un papel muy importante en esto de
emparejarse.
Por
amor se desea estar con el otro, el amor necesita ser entregado y recibido, el
amor lo abarca todo y todo se percibe bajo el esplendor que genera
ese amor. Como humanos, sin embargo, y seres pensantes tratamos de definir y
conceptuar el amor, buscando definiciones que reflejan ese sentir… y al hacerlo muchas veces se le ha mistificado creando expectativas absurdas que terminan por destruirlo.
Escritores y poetas se han referido a este.:
“Es tan absurdo pretender que un hombre no puede amar siempre a la misma mujer, como pretender que un buen violinista no pueda tocar siempre el mismo instrumento”(Honoré de Balzac)
“Es tan absurdo pretender que un hombre no puede amar siempre a la misma mujer, como pretender que un buen violinista no pueda tocar siempre el mismo instrumento”(Honoré de Balzac)
Dejando
en 2° plano el instinto natural de preservación al buscar emparejarse, notamos
también que hay otra razón para ello y
esta es el percibir un intenso sentimiento de felicidad cuando la pareja surge.
“Puede
uno amar sin ser feliz, puede uno ser feliz sin amar. Pero amar y ser feliz es
algo prodigioso.”(Honoré de Balzac)
Sin duda que la
felicidad nos hace vibrar, amar intensamente, nos hace más comprensivos,
tolerantes y compasivos… sin embargo, la felicidad tiene siempre una fecha de
expiración y el comprender este momento
de expiración tiene un valor, una apreciación más profunda de lo que significa
la felicidad.
Si la felicidad estuviese siempre asegurada…¿ qué incentivo tendríamos para buscarla, sentirla, percibirla, ilusionarnos con ella, o simplemente disfrutarla? La felicidad como todo lo demás vive en la impermanencia y ésta no permite que la encarcelen, que la amarren, que la obliguen o codifiquen…simplemente nace y se manifiesta y su manifestación perdurará siempre y cuando haya libertad .
Si la felicidad estuviese siempre asegurada…¿ qué incentivo tendríamos para buscarla, sentirla, percibirla, ilusionarnos con ella, o simplemente disfrutarla? La felicidad como todo lo demás vive en la impermanencia y ésta no permite que la encarcelen, que la amarren, que la obliguen o codifiquen…simplemente nace y se manifiesta y su manifestación perdurará siempre y cuando haya libertad .
La
felicidad en pareja debe comprender una complicidad, un apoyo que es sostenido
por el amor hacia el otro, en donde cada uno valora la propia independencia y la del otro.
“He
aprendido que no puedo exigir el amor de nadie, yo solo puedo dar buenas
razones para ser amado…” (W. Shakespeare)
Desafortunadamente
la vida en pareja ha sido estructurada cultural y socialmente y de acuerdo a la
ley y a los dogmas religiosos el
matrimonio debe ser una sociedad indisoluble 'hasta que la muerte los separe', a veces con roles muy claros y
específicos para cada quien. Esta estructura no contempla la libertad innata
del ser humano, por el contrario la amarra para el beneficio de continuar y dar vida a un “concepto de matrimonio”, a una idea de matrimonio que lo
asegura como tal pero que no siempre asegura
la relación en sí misma.
El
día de los enamorados apela a un compromiso con el otro por amor, no por
obligación, en donde se disfruta auténticamente la compañía del otro y en donde
se 'trabaja' la comunicación con el otro, la comprensión más que el orgullo, y el amor por la pareja más
que el egocentrismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario