jueves, 24 de febrero de 2022

Simplemente meditar ( 2a. parte )

 En nuestro capítulo anterior, ("simplemente meditar 1a. parte")

se mencionan las dos formas básicas de meditación en el sendero budista;

la 1era. 


relacionada con la concentración focalizada sobre un objeto escogido (por ejemplo concentrarse en la respiración: inhalar y exhalar) y 

la 2a. relacionado con un análisis y una introspección profunda del objeto de meditación escogido (por ejemplo analizar las características de la naturaleza del sufrimiento).

Es importante recordar que todas las enseñanzas budistas provienen de estados mentales especiales, adquiridos por el mismo Siddharta-Buda en estado de meditación profunda, denominado dicho estado, 'estado de Buda' .

Estas enseñanzas son valiosos conocimientos que decendieron a su consciencia otorgandole una total comprensión y sabiduría. 

Con el objeto de trasmitir estos vastos conocimientos, el Buda consideró otorgarlas en tres grandes ocasiones, denominandolas los 'tres giros de la rueda del Dharma'. 

Las enseñanzas contenidas en cada una de estos giros y ocasiones, deben ser 'meditadas' en profundidad y son objeto de meditación analítica que requieren de una introspección para lograr una toma de consciencia de sus contenidos y  significados más profundos.

Ejemplo de un análisis intospectivo:

Por ejemplo: comprender que el "yo soy"es una ilusión; nunca somos, puesto que estamos cambiando a cada momento. O

Que la ignorancia es el obstáculo principal que impide romper con los apegos y ataduras.( con esto comprender que apegos y ataduras no son nocivos hasta que se llevan a sus extremos).

El meditador, una vez que ha logrado tranquilizar su mente, disciplinarla y estabilizarla  con la ayuda de la 1era. forma de meditación (mencionada anteriormente), logra poco a poco tomar plena consciencia del porqué de sus emociones, de sus actos, de su vida ...

¡¡¡¡Buena meditación!!!!










 


Psicología budista, el cuerpo y el espíritu; lo físico y lo mental

por Ana-María Clasing

En la tradición budista existe una distinción muy importante; el Rupakaya y el Dharmakaya,  refiriéndose el primero al cuerpo y forma  o apariencia física fenoménica  y el segundo a una dimensión fuera del tiempo que existe y que se refiere al cuerpo de la conciencia, a  la espiritualidad, a la naturaleza misma de la mente.

En uno de los capítulos de los textos de la “perfección de la sabiduría”(el Sutra del Diamante) una de las enseñanzas del Buda, éste  dice a su discípulo Subhuti  lo siguiente:

“Aquellos que me siguen por la voz, están equivocados.

Esa gente no me reconocerá.

Se debe percibir al Buda a través de las enseñanzas, la guía se encuentra en el cuerpo de las enseñanzas.

Por lo mismo, la verdadera naturaleza de las enseñanzas no pueden discernirse, ni hacerse conscientes como si se trataran de un objeto.”

 

Cuenta la historia que un monje llamado Vakkali,  quien sentía una gran devoción por el Buda Gautama (buda histórico) se sentía tan fascinado por su apariencia y personalidad, que solía pasar horas sentado mirándolo  y siguiéndolo a todos lados. No le interesaban las enseñanzas, ni tenía ninguna pregunta únicamente deseaba mirarlo.

Un día el buda lo llamó y le dijo: “Vakkali,  yo no soy mi  cuerpo físico. Si quieres conocerme tienes que observar las enseñanzas, dirige tu mirada a las enseñanzas, hacia mi forma “verdadera”.

 

El problema de Vakkali es muy frecuente, no se trata de ignorar el cuerpo físico sino más bien de tomarlo como una señal del cuerpo de consciencia. Este cuerpo de consciencia interactua permanentemente con el cuerpo físico y lo influye en todas sus dimensiones. Las herramientas utilizadas para influir a este cuerpo de consciencia son efectivas y tienen que ver con la voluntad e intención de influirlo en forma positiva. Ejemplo de esto son las técnicas de meditación con imaginería o las prácticas de Mindfulness y atención en la respiración consciente .

 

También es importante distinguir que cuando se habla del Buda se refiere en ocasiones a su  figura histórica  y  en otras  a la naturaleza de la mente búdica, que trasciende el tiempo, que puede ser eterna y que se encuentra dentro de todos nosotros.

 

Muy generalmente dentro de las dos tradiciones  del budismo; la Theravada y la Mahayana, la Theravada usa el término Buda en su sentido histórico y mientras que la Mahayana (budismo zen y  tibetano) tiende a usarla en el sentido mental  transhistórico  como manifestación de un estado mental.