viernes, 16 de abril de 2021

Covid-19 – reflexiones

 



Por Ana-María Clasing

“Que horrible enfermedad! ¡Que horrible pandemia!”, “¡Estoy cansado, no resisto más, esto es insoportable!!” son expresiones en boca de todos en estos tiempos…

Buscamos incesantemente una solución, cada quien con sus teorías desea volver a la vida que “teníamos antes.” Nos apresuramos en el día a día aferrándonos y apegándonos a todo lo conocido ya que se nos puede acabar en un segundo…

Durante esta frenética búsqueda, en muchos casos hay poco tiempo para la profunda reflexión o toma de consciencia de ¿quién somos en este mundo en realidad, por qué estamos aquí y con quién estamos aquí…? Sí, porque nuestra existencia siempre ha sido compartida e interdependiente y ha formado parte de la naturaleza de este planeta…

Sin embargo, el hombre, como especie superior ha hecho caso omiso de esta interdependencia y ha querido manejar los recursos a su alrededor con una superioridad aplastante. Muchos estudiosos y científicos consideran que la pandemia que hoy sufrimos la hemos fabricado nosotros mismos… no en un laboratorio, sino en el trascurso de la vida misma…

¿Pero por qué” aprendemos” de forma tan individualista?...

Mediante el conocer aprendemos y creamos una memoria que dependerá de ‘lo que conocemos, cómo lo conocemos y ‘qué aprendemos de ese conocimiento.

(La ciencia acuña hoy el término ‘neuroplasticidad’ que es la base de la memoria, del aprendizaje, de la respuesta a estresores e incluso de la reparación de lesiones… y es en base a esta plasticidad que logramos el conocimiento.)

En este proceso en donde ocurre la ‘cognición’, se toman decisiones a cada instante… las cuales se ven influenciadas y están teñidas de un sin número de aspectos diversos…

Cuando el hombre conoció el fuego, aprendió que éste le servía, para cobijarse del frio, cocinar sus alimentos etc., pero también aprendió que podía ser peligroso, por lo tanto, guardó esta experiencia en su memoria y este aprendizaje, primeramente, analítico, automático, intuitivo y no consciente, pasó a ser cognitivo racional y consciente puesto que aprendió que, aunque muchas veces el contexto decide por nosotros, éste también demanda el uso del libre albedrío, el escoger cómo decidimos aprender.

Consecuentemente, y basados en la experiencia, se pueden aprender de forma racional y consciente las causas y efectos de las cosas, de los actos, y de los pensamientos. 

Sin embargo, esto no sucede así siempre y este conocimiento sobre la 'causa y el efecto', muchas veces, se pasa por alto.

En la vida y en todo orden de cosas este sistema de cognición, (que proviene de un aprendizaje, previo, mínimo, intuitivo y no consciente y que se convierte en uno cognitivo, racional y consciente en donde nuestras decisiones de ‘cómo’ aprendemos se vinculan a nuestro propio libre albedrío) debe estar abierto a los cambios percibidos.

De el ¿cómo estoy aprendiendo?, ¿Cuáles son las condiciones a tomar en cuenta durante el proceso de aprendizaje?, ¿cuán relevante es el aspecto emocional en el momento de aprender? Son preguntas que nos debemos hacer todos los días en pos del conocimiento.

 La reflexión y la meditación introspectiva nos otorgan herramientas para avanzar en esto siendo un aporte a nuestra propia neuroplasticidad. En la medida que desarrollemos más y más conexiones neuronales tendremos más apertura al conocimiento

  Frases tales como “tomar consciencia, o estar conscientes de tal o cual evento” cobran importancia en este proceso de cognición.

Si el hombre primitivo experimentó el peligro del fuego, también aprendió con esto su poder. Serán entonces, su libre albedrío y su apertura de mente las que decidirán cómo usarlo.

El conocimiento sobre algo va a relacionarse directamente con el “bien y el mal” con el ¿qué estará bien hacer o qué no?

 (No me refiero a aquel “bien y mal” profesado por muchas religiones, en donde se pretende establecer un conocimiento rígido y dirigido, haciendo que finalmente sea el contexto grupal quien decide basado en decisiones tribales previamente manipuladas, lejanas a las necesidades de la naturaleza.

(¿Estará bien que se matan 1000 Millones de cerdos al año, 50.000 Millones de pollos al año, 500.000 Millones de vacunos al año?

¿Estará bien el uso indiscriminado de fármacos para manipular la natural fisiología humana?) 

 ¿Queremos para nuestro confort, utilizar y manipular la naturaleza que nos rodea y también aquella que nosotros mismos somos, pasando por alto conocimientos previos e intuitivos?

La sabiduría de la fisiología humana debe ser valorada, aprender de ésta es importante…su manipulación en cambio, solo obstaculiza el aprendizaje y la propia evolución.

Pienso que este virus, sí! específicamente el Covid-19, otorga una gran oportunidad a la ciencia para aprender de nuestra propia naturaleza y a la humanidad para  calibrar su inmensa soberbia.