Del Libro “Beyond the Self: Conversations Between
Buddhism and Neuroscience”
Por Matthieu Ricard y Wolf Singer (Kairós bajo el título “Cerebro y Meditación”).
Reflexiones: Ana-María Clasing
Con gran interés he leído el artículo publicado en la
revista “The Atlantic” con la excelente traducción de Gonzalo Brito sobre el libro
“Beyond the Self:
Conversations Between Buddhism and Neuroscience” (Más allá del
yo: conversaciones entre Budismo y Neurociencia.” Por Matthieu Ricard y Wolf
Singer)
Sin duda el Budismo tibetano, como expresado muchas
veces por Matthieu Ricard, es el gran aporte al estudio de la neurociencia
planteado hoy en el interés y énfasis puesto en la investigación de la cognición, percepción y su importancia en
la conducta humana.
Desde el lado de la labor científica, el Dr.Wolf
Singer declara que: …” el esfuerzo analítico en la ciencia se
centra más en lo externo que en lo interno como lo enfatizan contemplativos y
meditadores”.
En ambos casos el objetivo se sitúa en la
comprensión de la realidad, lo que es sin duda alentador puesto que une ambas
intenciones.
El Budismo lleva más de 2.000 años estudiando la mente o el ‘comportamiento
mental y empíricamente concluye de forma positiva y a través de la meditación y
la contemplación que
la conducta frente a las emociones puede ser mejorada y equilibrada.
Sin embargo, y así como la ciencia avanza en descifrar el funcionamiento
anatómico y fisiológico ocurrido en diferentes estados mentales, el
contemplativo debe también familiarizarse, mediante el hábito
de la práctica meditativa, con la comprensión de sus sentimientos y el surgir
de sus emociones. Desde la observación de la propia mente, los pensamientos y
emociones, surge la riqueza del verdadero
conocimiento de la realidad.
Declara Matthieu Ricard “No basta con pensar sobre cómo funciona la mente humana y elaborar
teorías complejas sobre ella, como hizo Freud por ejemplo. Estos constructos
intelectuales no pueden reemplazar dos milenios de investigación directa sobre
el funcionamiento de la mente utilizando la introspección incisiva realizada
con mentes entrenadas que han desarrollado gran estabilidad y claridad.
Siguiendo con el texto del libro, y en relación a los “constructos
intelectuales” elaborados para emitir teorías complejas sobre la mente,
el Dr. Wolf Singer pregunta :
“¿Por qué nos daría la naturaleza algo fundamentalmente negativo, algo
que requiera un entrenamiento mental especial para su eliminación?
La respuesta de Matthieu Ricard: “Lo que nos ha dado la naturaleza en ningún
caso es completamente negativo; es solamente su estado base…” y
complementa su respuesta también con una pregunta, “no es esta una manera fácil de
menospreciar la posibilidad de mejorar su calidad de vida, lo cual costaría
solamente algo de razonamiento y esfuerzo?
No puedo dejar de pensar en las enseñanzas del gran erudito Shantideva
(S.VIII D.C.) en su tratado “Guide to the
Bodhisattva’s Way of Life” (una guía en el camino del Bodhisattva) en donde
se menciona el desarrollo y la transformación mental que ocurre en la práctica
meditativa.
En estas enseñanzas está implícito reconocer una cierta plasticidad
mental que será de beneficio para superarnos, por ejemplo, en la compasión que
desarrollamos hacia nosotros mismos y luego hacia los demás.
Y señala Matthieu Ricard: “…al comienzo, es difícil hacerlo
apenas surge una emoción, pero al familiarizarnos cada vez más con esta
práctica, se vuelve algo bastante natural. Cada vez que la ira muestra su
rostro, la reconocemos de inmediato y la gestionamos antes de que se vuelva
demasiado intensa.”
El “gestionar” implica una intención de cambiar ese estado mental, en
primer lugar y luego hacerlo con el convencimiento que nos da la práctica meditativa
recurrente al demostrarnos empíricamente que es posible la transformación.
Ciertamente “lo que nos ha dado
la naturaleza…es solamente su estado base” las palabras de Matthieu
Ricard reflejan la posibilidad de seguir puliendo ese diamante en bruto que es
la mente.
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