Por: Ana-María Clasing
Las enseñanzas del Buda buscan constantemente las causas del sufrimiento, inclusive muchas veces se cree que el budismo padece una cierta “obsesión” por el estudio del sufrimiento. Sus primeras enseñanzas sobre las 4 NV (las cuatro nobles verdades) analizan justamente los orígenes y causas del sufrimiento y luego todas las enseñanzas que derivan del estudio de estas 4NV, constituyen una permanente indagación sobre el sufrimiento.
Para
aceptar el sufrimiento, sin que nos destruya, se requiere, sin embargo, de un
exhaustivo análisis del "sí mismo", del “yo”, el cual constituye y ha sido una
inspiración constante dentro del estudio del budismo.
Este estudio es vasto y requiere de un análisis teórico importante pero también de una estrecha complicidad con el "escudriñar" dentro de las experiencias que se viven en primera persona…
Desde la percepción que cada quien tiene del mundo hasta su
interpretación, (ya sea personal o colectiva), esta percepción está sujeta a un
sin número de influencias que tienen directa relación con cada experiencia
vivida. Estas influencias son en su mayoría emocionales.
Están,
por ejemplo, las “emociones discordantes” o aquellas emociones que nos afligen
o nos perturban (señaladas como emociones que producen aflicción;llamadas kleshas) y que
se reflejan en nuestra propia manera de percibir el mundo y a los demás.
Muchas
de estas percepciones nos harán sufrir porque acompañadas de emociones
perturbadoras provocarán aflicciones psicológicas en nuestras mentes,
destruyendo nuestra paz interior. Quien percibe y quien es percibido interactuan de esta misma manera
Pensamos
que ese "mundo afuera" es el causante y hacemos caso omiso de la emoción bajo
la cual estamos percibiendo dicho mundo.
El
budismo, sin embargo, nos invita a conocer más a fondo las emociones dañinas que
nos hacen percibir al mundo bajo un prisma engañoso
provocando un gran apego a este, dejando aflorar la adversidad o el odio.
Se
les denomina los 3 venenos básicos: -la
ilusión (el percibir la realidad de forma errónea o engañosa), el apego, y el odio o adversidad.
Bajo
la influencia de estos tres venenos, nuestra percepción se vuelve sufriente.
Nos
apegamos a lo que deseamos y odiamos lo que no deseamos sumándose así a nuestro estado mental
la envidia, el orgullo y la ambición.
Cuando
se percibe al mundo y a los demás como portadores de nuestra propia felicidad, nos apegamos a estos. Por el contrario, cuando se les percibe como portadores
de nuestra desdicha nos apegamos a sentimientos de envidia, de odio y de
destrucción.
En
el budismo el apego es “pájaro de mal agüero” bajo
su influencia no puede nacer el amor,la compasión,la empatía,la paz, ni la armonía, sentimientos que necesitan de una cierta neutralidad de mente y de espíritu,un cierto "desapego" para poder aflorar.
Poder
aplicar el amor y la compasión a nuestra percepción del mundo y de los demás,
requiere en primera instancia el percibirnos a nosotros mismos!
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