lunes, 24 de noviembre de 2014

Meditar sobre la muerte

Meditar sobre la muerte.
Por Ana-María Clasing

En Agosto de este año (2014), tuve la grata oportunidad de asistir al lanzamiento de un libro,
sincero, espontáneo, instructivo y útil cuyos autores,  tres jóvenes entusiastas psicólogos, decidieron trasmitir sus
experiencias vividas a través de prácticas meditativas.
Presencia Plena; reflexiones y prácticas para cultivar mindfulness en la vida diaria” (autores: Catalina Segú, Gonzalo Brito ,Claudio Araya.)

Alrededor de 50 reflexiones cubren este libro cuyo propósito es acercar al lector hacia prácticas sencillas pero de indudable valor  cuando nos referimos a la importancia que tiene nuestro actuar cotidiano en el bienestar de todos.
Recorriendo sus diferentes capítulos, me detuve especialmente en  uno; ‘La muerte como aliada’(pag.95)
las reflexiones halladas allí, me hicieron recordar las innumerables enseñanzas budistas recibidas y  los retiros
realizados en este sentido.(Ven. Ayang Rinpoche, erudito monje budista del Bardo) Las interiorizaciones meditativas a las cuales monjes y eruditos budistas se exponen
diariamente en sus prácticas contemplativas sobre la muerte, son impresionantemente impactantes.
¿Porqué esa importancia de meditar sobre la muerte? ¿ porqué es la muerte un evento que debe ser inspeccionado en profunda meditación?
Durante un retiro realizado hace algunos años sobre el “Bardo” (sanscr.antarabhava) en términos generales el Bardo se refiere a la experiencia y período intermedio entre la muerte y el renacimiento. (Existen algunas diferencias sutiles en sus conceptos que aluden a los diferentes linajes budistas y sus apreciaciones,) sin embargo en el budismo
la idea general del Bardo y sus etapas es aquella transición experiencial de la consciencia que conlleva al ser humano a una constante migración de ésta luego de la muerte física. Las premisas que el budismo esgrime
a este respecto yacen en primer lugar en el principio de causalidad, segundo en la doctrina del Karma, y tercero
en la aceptación de un continuo mental sin principio ni fin de la consciencia. Las enseñanzas aluden a que
la mente y el cuerpo, aunque inseparables a un nivel energético de extrema sutileza, no dejan de ser distintos y se separan en lo que se refiere al flujo continuo durante las sucesivas vidas individuales de un ser. Aún cuando se influencian mutuamente, nunca se convierten una en la otra, así como ´la semilla del maíz no puede producir
un brote de arroz´ (Dharmakirti Pramanavarttika).
Toda esta ‘teoría’ desplazada para explicar la muerte y los renacimientos  en el ámbito budista, no son solo teorías  sino que experiencias reales logradas a través de estados meditativos de gran sabiduría. Conclusiones a las que
podemos acceder todos en la medida de la intensidad que adquieran nuestras prácticas contemplativas; es la maravilla del budismo, un sendero libre que se puede seguir o dejar, en la medida que nos haga sentido.
Volviendo al capítulo del libro mencionado más arriba, “la muerte como aliada”, nos introduce sencillamente
a la reflexión sobre el fluir y la impermanencia. ¿porqué  apegarnos a algo que está en constante flujo y cambio?,
¿porqué  desarrollar un miedo a lo finito, si nada lo es?...
Entendiendo la muerte como una etapa más de la vida, entendiéndola como un fluir de la consciencia al cual se han adherido todas las experiencias vividas en distintos estados mentales, es imposible no aceptarla ni darle la ocasión de manifestarse de igual manera como lo hace la vida.
Nuestras relaciones interpersonales mejorarán en la medida que nos involucremos profundamente con la impermanencia y reconozcamos las causas y las condiciones de los cambios que vemos.
Las prácticas sugeridas en el libro para el diario vivir, tales como meditar sobre los cambios en la naturaleza,
los cambios en las demás personas y en ti mismo son prácticas meditativas vitales, sin embargo  meditar sobre el miedo al cambio debe ser el intento a seguir, meditar sobre aquella emoción que nos perturba y nos
hace aferrarnos más aún a una ‘permanencia deseada’, del ser querido que no queremos que se vaya, del bienestar adquirido que no queremos que cambie….








No hay comentarios:

Publicar un comentario