Compasión, solidaridad y empatía...
Por Ana-María Clasing
El desarrollo de la compasión hacia el otro o hacia los demás se manifiesta muchas veces, de manera muy 'selectiva', tergiversando su verdadero sentido,apareciendo incluso acompañada de un deseo de retribución y de una falta de genuina intención solidaria.
Por Ana-María Clasing
Por otro lado, la posibilidad de sentir verdadera compasión y de desarrollar atributos tan positivos como la solidaridad y la empatía suelen 'no ser' tan evidentes en el ser humano.
La compasión requiere de una introspección profunda que conlleva a un reconocimiento del propio "yo" el cual se encuentra condicionado y estructurado por innumerables factores externos e internos.
El reconocimiento de nuestras propias limitaciones nos ayudará a ser más sinceros al momento de sentir un genuino sentimiento de compasión.
La dificultad que este trabajo de introspección puede significar, ha llevado, muchas veces, al ser humano a "camuflar" este sentido genuino de lo que es la compasión, puesto que el ser compasivo, solidario o comprensivo produce un incremento del propio ego y una especial impresión en los demás.
La Navidad es un período del año en que escuchamos mucho la palabra compasión, sin embargo y así como este período es breve, también lo es el desarrollo de la compasión y su "intensa publicidad".
No se podrá hablar de compasión, ni de ser compasivo, de no mediar un reconocimiento de un sentido básico
de cuidado,de sensibilidad y de apertura hacia el sufrimiento propio y el de los demás, el cual nace junto a una motivación genuina para aliviarlo y prevenirlo.
La compasión va de la mano con la experiencia directa ocurrida en el acto compasivo, en el cual se percibe y se conoce al "objeto de compasión" (a los demás) y también, puesto que es un acto interdependiente, nos permite percibirnos y conocernos a nosotros mismos.
1°- Acercarse, comprender y relacionarse con el sufrimiento propio. (introspección profunda)
2°_Desarrollar la motivación para prevenir y aliviar el sufrimiento de los demás.
Ambos
aspectos son complejos y difíciles. Comprender que la
compasión no es una debilidad, una indulgencia, o un lujo, sino la base para el desarrollo de la fortaleza moral y ética que implica acercarse sin evasiones a lo difícil y doloroso de la vida...analizarlo y prevenirlo. Con esto nace el genuino deseo de evitar el sufrimiento de los demás; dentro del budismo ésto es la prodigiosa, bendita y perfecta Bodhichitta.
Una tarea poco atractiva en el mundo actual...se necesita análisis, fuerza de voluntad, esfuerzo y valentía. Evitar el "estoy cansado","no vale la pena" o "no me interesa".
En el análisis aparece siempre la ley de causa y efecto; ley que percibimos en su efecto con mayor claridad, pero rara vez analizamos su causa.
La interrelación existente entre nuestras intenciones, pensamientos, palabras y actos están intrínsecamente ligadas al desarrollo de la compasión.
En el análisis aparece siempre la ley de causa y efecto; ley que percibimos en su efecto con mayor claridad, pero rara vez analizamos su causa.
La interrelación existente entre nuestras intenciones, pensamientos, palabras y actos están intrínsecamente ligadas al desarrollo de la compasión.
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