La
falta de fundamento; un pensamiento budista de gran utilidad.
(por:
Ana-María Clasing)
Un
mundo sin fundamento, entendido en occidente como la falta de lo absoluto, o la ausencia de una meta
final, puede llegar a ser un desastre en la existencia de los seres humanos… ‘si no hay fundamento, no hay nada’… no
hay un objetivo por el cual seguir viviendo, no hay metas, no hay esperanzas y
el caer en una depresión a raíz de esto
puede ser evidente.
Resulta
muy claro que el mundo contemporáneo se ha vuelto reacio al tema de la falta de fundamento, sin embargo
también es cierto que la falta de
fundamento como concepto occidental difiere de la desarrollada por el ‘camino
medio o Madhyamaka’ budista.
El
budismo (Mahayana, del gran vehículo, Nagarjuna S.II) nos proporciona una
segunda mirada a este pensamiento que ha estado durante siglos en nuestras
mentes. El observar los estados mentales y constatar que tras mucha meditación
aquellos paradigmas enraizados que se han vuelto ‘obligatorios’, ‘fijos’ y ‘absolutos’ en nuestra mente, logran
transformaciones válidas en experiencias comprobadas.
El estudio de un ‘yo’ y de un mundo sin fundamento ha sido tema ineludible
en el budismo y en todas las prácticas meditativas. A través de estos se logra
una profunda comprensión de nuestra existencia, sin dejar de lado que
al hacerlo se genera espontáneamente la compasión, se anula la angustia y el
desespero.
Un ‘yo’ y un mundo sin fundamento, no es
negar el ‘yo’, ni el mundo, es simplemente observarlo y realizar que estos son co-dependientes, que cambian, que su
existencia no es intrínseca, ni independiente…por lo tanto se abstraen de
un fundamento concreto.
Las
enseñanzas del budismo tienen aún mucho que entregarnos, no únicamente en un
nivel intelectual y científicamente cognitivo, sino que en sus aspectos experiencia les a los cuales tenemos fácil acceso mediante la meditación y el
Mindfulness.