Aplaudir
la resiliencia y condenar la negligencia.
por Ana-María Clasing
por Ana-María Clasing
Cuando
Roma ardió el deleite de Calígula debió haber sido extraordinario al presenciar con frenético entusiasmo su ‘magnífica
obra de arte’…
Hoy
Chile se quema y quizás este evento
es observado con admiración y júbilo por
‘algunos’, ampliándose aún más esta locura en estas mentes enfermas cada vez que se
genera un
nuevo foco incendiario.
¿Cuáles serán, entonces las responsabilidades que nos conciernen como
ciudadanos ?
¿Ocuparán un rol importante también la toma de conciencia sobre las negligencias, la falta de implementos y de mayor atención en el manejo de emergencias ?
Lo más certero es que estas inquietudes requieren de una profunda reflexión.
Lo más certero es que estas inquietudes requieren de una profunda reflexión.
El
chileno ha demostrado una gran resiliencia en estos días, de eso no hay duda y ésta es valorada puesto que involucra siempre
una gran compasión. Aquel que perdió su casa apoya al que esta por perderla, aquel que no ha perdido nada reconoce en su corazón un gran sentido de solidaridad.
Sin
embargo, la resiliencia debe ir acompañada de un sentido de responsabilidad el
cual genera una gran capacidad de
aprendizaje. Un aprendizaje que nos sirve a todos y que promueve la atención en el otro, no únicamente
cuando se vive una emergencia, sino que
una atención que es capaz de percibir siempre las causas, logrando así la posibilidad de transformar y prevenir las consecuencias. Chile es un país de catástrofes naturales, un
país en donde su gente se ve enfrentada casi permanentemente a eventos graves, confrontado
a caídas que exigen de una inmensa fortaleza para volver a levantarse. Son
frecuentes las expresiones tales como:¡vamos chile!, ¡vamos que se puede!,
¡empezaremos de cero!, ¡con fuerza lo lograremos!, ¡ de alguna manera hay que
levantarse!. También somos capaces de percibir y resaltar actitudes nobles porque
las circunstancias del momento promueven la condición de ver esa nobleza; nobleza, que en otras situaciones
y aún estando presente, no es percibida. Atención plena día a día, en nuestro medio ambiente, en nuestra
flora, en nuestra fauna y en nuestra humanidad debe ser el aprendizaje que
acompañe a esta gran resiliencia... siempre